Red waves per Vanna-Noel a http://www.deviantart.com
pero debo dejar
el recuerdo y sanar
¡Ya respuestas no quiero encontrar!
De mi quiero arrancar
todas las preguntas
(8)
Carla Morrison
Porque no importa si lo posible es probable... si lo es, lo será.
Yo no miro el mar.
Que es un espejo,
y mires donde mires
seguro habrá arrugas,
tajos de historias
de arterias azules
abiertas en canal;
ondeando llegan
besan la playa
y sin más se van.
Que sus marcas son
mis muchos todavía.
Que dentro aguardan
naufragios antiguos
con buceadores
listos para expoliar
los huesos rotos.
Recuerdos oxidados
que rechinan si
se mueven de más.
Prueba de que existió,
en algún tiempo,
en algún lugar,
algo similar a mí
llamado humanidad.
Yo no miro el mar.
Siempre hay quien
se queda esperando
y de tanto estar quieta,
parece que el mundo,
al querer queriendo,
gire más deprisa
de lo ya habitual.
Y apretando el pulso,
se rompe el paso,
tropieza el latido
y hasta parece que
se hubiera arañado
en un saliente afilado
por el placer de llorar.
Se espera porque
la voluntad se niega
a querer abandonar
y tirar por la borda el
"y si..." que no amarra.
Porque si eso fuera
valdría lo que el viento
es para toda vela.
Yo no quiero mirar.
Que al final una entiende
que la vida también sigue sin nadie.
Y a Nadie lo mató Ulises cuando se perdió en el mar.
YO NO QUIERO MIRAR
Yo no miro el mar.
Que es un espejo,
y mires donde mires
seguro habrá arrugas,
tajos de historias
de arterias azules
abiertas en canal;
ondeando llegan
besan la playa
y sin más se van.
Que sus marcas son
mis muchos todavía.
Que dentro aguardan
naufragios antiguos
con buceadores
listos para expoliar
los huesos rotos.
Recuerdos oxidados
que rechinan si
se mueven de más.
Prueba de que existió,
en algún tiempo,
en algún lugar,
algo similar a mí
llamado humanidad.
Yo no miro el mar.
Siempre hay quien
se queda esperando
y de tanto estar quieta,
parece que el mundo,
al querer queriendo,
gire más deprisa
de lo ya habitual.
Y apretando el pulso,
se rompe el paso,
tropieza el latido
y hasta parece que
se hubiera arañado
en un saliente afilado
por el placer de llorar.
Se espera porque
la voluntad se niega
a querer abandonar
y tirar por la borda el
"y si..." que no amarra.
Porque si eso fuera
valdría lo que el viento
es para toda vela.
Yo no quiero mirar.
Que al final una entiende
que la vida también sigue sin nadie.
Y a Nadie lo mató Ulises cuando se perdió en el mar.
29/1/14
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