dissabte, 3 d’octubre del 2015

EL OJO IZQUIERDO






Antes que nada,
antes que nadie,
fuimos escarabajos.




EL OJO IZQUIERDO


"Light is a stain
a ball without a chain
the sweetest death
migh make you stronger."

(...)




No hay nada mejor que asesinar.
No hay nada mejor que romper la camisa de fuerza. Romper la camisa. Romperla. Romper. Romperse. Explotar en un estallido de supernovas. Mmm... caliente. Húmedo. La implosión no tiene sentido común y se rie en tu cara, es más, babea en tu puta cara. Se corre. Y lo has consentido hasta ahora, dejándote a la intemperie. Oxidada. Sí. Sí, tú. Maldita seas. Prostuyendo ilusiones. Tú y toda tu estirpe. Y a todas las que parí contigo y sin mí.
Porque los terremotos son dos mariposas que flirtean. Lo sabías. Seguiste el juego. Arriesgaste el continente y perdiste el contenido. Y te quemaste entera por los cuatro puntos cardenales. Te emergieron del estómago todos esos cánceres. Te rebosaron de pus todos los órganos. La metástasis en el pulmón te impidió esnifar la cicatriz blanca del pecho. Eran cal esos recuerdos, no era cocaína, joder. Era la vida esperando ser vivida.
Otros veintitrés puntos. La herida arde. El ojo izquierdo supura.
Hace tres semanas me caí de la bicicleta en la carretera. Barbilla abierta. Páncreas abierto. Corazón abierto. Cinco puntos más. Sin anestesia. "Yo amo mi herida" escribo con la sangre en la misma carretera cada vez que paseo por allí. Ahora tengo un hígado trasplantado. Una amputación de personalidad. "Tu cara no será la misma", pienso. Tú no serás la misma. Te han vuelto a asesinar con premeditación e hijadeputismo. No hay irreversivilidad que valga. No hay suficiente carretera y mantra. No hay. Porque indeleble es una utopía en cuanto al follar se refiere. Porque tú no follas. Tú haces el amor follando. Y eso era el mayor de tus errores. El mayor de tus defectos. La mayor de tus deformes defecaciones. Deforme. Def... Deferencia. Es del color púrpura real. Y ahora la sangre te corre y no es por las venas. Y no es azul. No. Es del color púrpura real, real... realista. No más poesías diluidas. No más edulcorantes para una diabética insoluble. No se aprende a querer en un puñado de azúcar siendo un mar de lágrimas.
Sí, quiero. Sí. Reventar la lucidez catártica a base todas las hostias (inmisericordes) de espejos rotos. Mis miedos. Mis dóricas columnas vertebrales. Escritas en tinta griega.
A
R
I
A
D
N
A.

El hilo. El que te une con la vida.
Recuérdalo. Recuérdate. Recuérdame.
Y después asesínalo. Asesínate. Asesíname.
El ojo izquierdo supura, otra vez.
Ese es mi nombre. El de una asesina en serie. El de una luna del 23 de junio. Ese es mi jodido nombre que todo el mundo desconoce sobradamente.
Eclipsaré al sol, me lo prometo. Primero una uña de gata, luego una zarpa, más tarde una pata. Te lo prometo, porque sé que voy a cumplir, lo juro sobre mi legado insomne de noches funámbulas. A la mierda. El escupitajo no sirve. Masturbarse no sirve. Echarte de más por faltarte al respeto no sirve. Para eso se erigen tumbas. Pero pretender es querer ignorar la falta de algo parecido a mí. Yo muero. Yo ardo. Porque hace falta romperse.
Tantos años de maletas y vértebras. De colgarse de la sombra de un espejismo. De la búsqueda del eslabón perdido. De arrastrarse por y para la llama. Erigida en mí. Erecta. Tatuada.
Yo he ardido todo este tiempo. He quedado segunda en el podio todo este tiempo. Mi premio de conservación es aceptar la combustión del feto.
Ser ave fénix, como ser ave o ser, debe ser eso que te pasa cuando no te pasa lo que crees que te debe.
Ser siendo. Sentir sintiendo. Ahora tiene sentido.
Entender entiendo, se trata de romperse. Se trata de arder. De asesinarse.
Prepárate, guapa. Que ahora ya vuelo.

16/8/15


1 comentari:

  1. ... y, a veces, cuando la realidad nos devuelve a ras de suelo, generalmente a base de hostias, deseamos volver a ser escabarajos silenciosos, nocturnos, oscuros, lentos... maldecimos la fugacidad y la fragilidad de las alas de la mariposa. Su belleza y su condena... pero volvemos al vientre de la oruga, que siempre tiene un paraiso envuelto en celofán para quién respire una sonrisa... magnífic Ariadna... se trata de romperse ;-) (perdona el rotllo, Joan Quisapquè)

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